JAPÓN

Aventura y exploración

Para quienes buscan senderos menos transitados, Japón es un paraíso. Desde el trekking espiritual por la ruta Kumano Kodo hasta las caminatas en los Alpes Japoneses alrededor de Kamikochi, el país ofrece naturaleza indómita. Explorar el Monte Aso en Kyushu, uno de los volcanes activos más impresionantes del mundo, o sumergirse en rutas ciclistas como la Shimanami Kaido, que une islas por puentes colgantes en el mar interior.

Playa y relax

En las islas de Okinawa, las playas de arena blanca y aguas turquesas recuerdan al Caribe, pero con hospitalidad japonesa. Allí es posible alojarse en resorts boutique, practicar snorkel entre corales y cerrar el día con una cena frente al mar con cocina ryukyu. En Naoshima, el relax toma forma artística: spas, arquitectura minimalista y baños al aire libre con vistas al mar.

Cultura e historia

Desde el esplendor imperial de Kioto, con sus más de 1.600 templos y jardines centenarios, hasta los santuarios sintoístas de Nikko entre montañas, Japón preserva su pasado con reverencia. Pasear por el barrio de Gion es como entrar en un ukiyo-e viviente, y en Kanazawa, el castillo y el mercado Omicho cuentan historias de la era feudal. 

Impacto positivo

Organizamos estancias en aldeas rurales como Miyama, donde los viajeros aprenden sobre agricultura orgánica y reconstrucción comunitaria. Participar en talleres con artesanos, apoyar pequeñas posadas familiares y descubrir proyectos de conservación del patrimonio vivo son formas de generar un impacto real y positivo.

Gastronomía y enoturismo

Desde mercados como Nishiki en Kioto hasta el ritual del kaiseki en ryokans, cada comida es una ceremonia. Experiencias como pesca tradicional con cormoranes en Gifu, visitas a fábricas de miso en Matsumoto o rutas de sake en Takayama. Los más curiosos pueden probar el tofu hecho a mano en monasterios budistas o aprender sobre la fermentación ancestral en zonas rurales de Nagano.

Bienestar y naturaleza

Japón es uno de los destinos más equilibrados del mundo. Retiros en templos de Koyasan, baños termales en Beppu o sesiones de meditación zen en Kamakura. En Yakushima es posible caminar entre cedros milenarios que inspiraron películas como La princesa Mononoke. El concepto de “shinrin-yoku”, el baño de bosque, cobra sentido en cada rincón del país.