Field Notes: el viaje de Lucía por África
- Borja
- 20 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 jun
Notas personales de una actriz en busca del lujo más auténtico entre sabanas, océanos y viñedos
Día 1
Erinvale
No hay mejor sensación que la de aterrizar en un lugar que te obliga a bajar el ritmo. Erinvale y sus alrededores son el escenario perfecto para hacerlo. Las calles de los pequeños pueblos, los mercados de artesanía, el aire del Cabo que se cuela por cada rincón.Por la tarde, un vino blanco local en una terraza mirando las colinas. Es solo el principio, pero ya empiezo a sentir que África me va a marcar.

Día 3
Gondwana Lodge
El primer safari es un rito. Te despiertan antes de que el sol asome. Subes al vehículo abierto envuelta en una manta, el aire frío en la cara. La sabana parece infinita y llena de promesas.
Los rinocerontes, las jirafas, los leones… sí, están ahí. Pero lo que de verdad me impacta es el silencio, la textura del viento, la luz cambiante.Por la tarde, cuando el cielo se tiñe de rojo, me doy cuenta de que esto no se parece a nada que haya vivido antes. Lo anoto en mi cuaderno: quiero volver.


Día 5
Hermanus
Cambio radical de escenario. El Atlántico me recibe con fuerza en Hermanus. Desde mi habitación en The Marine Hotel contemplo el mar durante largos ratos.
Por la mañana recorro los ocho kilómetros del paseo marítimo, dejando que el viento me despeine y me vacíe por dentro. Por la tarde, la playa de catorce kilómetros es un poema de arena y espuma. Camino sin reloj. Aquí también se puede perder la noción del tiempo.

Día 7
Stellenbosch
Si alguna etapa del viaje me ha regalado belleza, ha sido esta. Stellenbosch es puro placer: caminar entre viñedos por la mañana, catas exquisitas por la tarde.
Primero, el viñedo Jordan: íntimo, elegante. Después, Delaire Graff: un despliegue de arte, jardines imposibles y una de las comidas más memorables de mi vida. Proyectos vinícolas de regenerativos, que cuidan la tierra y a los que la trabajan. Anoto otra frase en el cuaderno: cuando necesite reconectar, quiero volver aquí.

Día 10
Ciudad del Cabo
Última etapa. Cape Town me recibe vibrante, cosmopolita, llena de energía. Subo a Lion’s Head antes del amanecer: el esfuerzo merece cada segundo de luz dorada que inunda la ciudad desde arriba.
Por la tarde me pierdo en las salas del Zeitz Museum. Luego, el Diamond Museum, brillante como sus piezas. Y para cenar, magia en el Pot Luck Club y en el acogedor Kloof Street House, que guardo en el en el paladar como cierre perfecto.
Me siento distinta. Más liviana. Más presente. África ha hecho su trabajo.
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